Justicia de Discapacidad

La discapacidad es una construcción social en la que las diferencias físicas y mentales de algunas personas son estigmatizadas, otrerizadas y marginadas. Ciertas personas quedan ‘discapacitadas’ por la negativa de la sociedad a incluirlas en la vida económica, social, familiar y política de la comunidad, a través de una variedad de procesos que se niegan a reconocer la diversidad de la experiencia humana. Reconocemos que las personas con discapacidad han estado a la vanguardia de su propia liberación. Las personas con discapacidad han luchado para poner fin a las prácticas de esterilización y eutanasia que oprimieron a muchas personas con discapacidad hasta bien entrado el siglo XX. Las personas sordas han luchado contra las políticas eugenistas “solo orales” que intentaron erradicar el lenguaje de señas en un esfuerzo por normalizarlas. Los trabajadores discapacitados se han organizado en varias organizaciones para luchar contra la discriminación laboral y la desigualdad salarial. Junto con las luchas para acabar con el aislamiento que la institucionalización lleva consigo, las personas discapacitadas se han unido a pesar de sus diferencias para eliminar la discriminación en la vivienda y al mismo tiempo luchar por alojamientos públicos. En el centro de estas luchas está el impulso de la autonomía corporal y la libertad de las personas con discapacidad para determinar su propio futuro colectivo.

La opresión sistémica de muchos grupos sociales se ha basado en la noción de que la exclusión de los discapacitados es necesaria. Históricamente, el DSM clasificaba a las personas queer como enfermos mentales, una categorización que todavía aplica a las personas trans. Esta es solo una manifestación de la forma en que las nociones de discapacidad sustentan otras formas de opresión. Las discusiones del siglo XIX sobre por qué las mujeres y las personas negras deberían tener los mismos derechos que los hombres blancos frecuentemente se centraban en si tenían las mismas facultades mentales y físicas. Del mismo modo, las restricciones de inmigración estaban muy relacionadas con la prohibición de personas física y mentalmente “defectuosas” para preservar el acervo eugenésico de la nación, un argumento que apoyaba las demandas nativistas de restringir a los inmigrantes de países que tenían más probabilidades de tener estos “defectos”. Desafortunadamente, cuando la discapacidad se ha utilizado para impedir la participación plena de diferentes grupos en la sociedad, estos grupos a menudo han respondido afirmando que en realidad no están discapacitadas, tácitamente usando a las personas que sí lo están como chivos expiatorios.
Hiistóricamente, el capitalismo y la guerra han sido grandes productores de personas discapacitadas. Si bien la guerra mata y mutila intencional y directamente, el capitalismo simplemente considera la seguridad en el lugar de trabajo como un impedimento para una producción rentable. En una sociedad que le tiene fe indebida al mito del individuo, las personas a quienes su trabajo ha vuelto improductivas son castigadas por la sociedad por no poder valerse por sí mismas. Del mismo modo, los soldados que luchan en guerras imperialistas vuelven a casa con discapacidades físicas y mentales que son utilizadas por los belicistas cuando les conviene, pero que la sociedad en general tiene olvidadas. Si bien muchas personas quedan discapacitadas a través del trabajo y la guerra, muchas otras nacen con su discapacidad y enfrentan desafíos similares para encontrar empleo debido a las concepciones sociales sobre la incapacidad de las personas discapacitadas para trabajar, o debido la falta de voluntad de los capitalistas para adaptarse a las diferencias dentro de la clase trabajadora.

Las personas que luchan por la justicia de discapacidad no pueden ignorar las formas en que la discapacidad está fundamentalmente vinculada a sistemas de opresión diversos e interconectados. Si bien alentamos a los militantes a participar activamente en los movimientos de discapacidad a nivel local para propiciar una dirección libertaria, también buscamos integrar la justicia de discapacidad en nuestros compromisos laborales y comunitarios. Es necesario adaptarse a las diferencias físicas y mentales de aquellos en movimientos sociales, pero no debe entenderse como el objetivo. La inclusión es importante, pero también debemos integrar las nociones de justicia de discapacidad en nuestro trabajo. Los desenfrenados asesinatos de personas de color por parte de la policía en este país se complican aún más por el hecho de que casi la mitad de los asesinados están discapacitados. Creemos que una comprensión profunda de la discapacidad puede ayudarnos a unir movimientos dispares en torno a la opresión común. Para que la discapacidad se convierta en una categoría social significativa, debemos pasar de incluirla en listas a incluirla en nuestra comprensión de la sociedad y la lucha social contemporánea.