Un comunicado del Comité de luchas laborales de Rosa Negra Federación Anarquista
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Luego de unos “primeros 100 días” implacables de reacción del régimen de Trump, incluyendo a un aumento de ataques hacia lxs inmigrantes, una temporada de caza para los capitalistas, campañas de bombardeo y la amenaza inminente de una nueva politica de “ley y orden,” mantenemos la solidaridad con lxs que toman las calles para el Primero de Mayo en todo el país y alrededor del mundo.
Desde la elección de Donald Trump, mucha gente ha estado preguntando ¿qué es lo que se puede hacer para resistir? En el primero de mayo, el Día internacional de lxs trabajadores, un lugar para buscar es donde muchxs de nosotrxs pasamos la mayor parte de nuestro día: en el trabajo. Este Primero de mayo nos da una oportunidad para sacar inspiración de las luchas recientes de trabajadores e inmigrantes, unir a nuestrxs compañerxs de trabajo en la acción colectiva en contra de la arremetida de derecha, y continuar construyendo la solidaridad, la organización y el poder popular necesarios para formar un nuevo movimiento laboral revolucionario.
Aunque los números de trabajadores participantes en las acciones en el lugar de trabajo en contra del régimen de Trump ha sido relativamente pequeño, el hecho que cualquier grupo de trabajadores está dispuesto a tomar tales riesgos en unirse para luchar por las demandas políticas – en lugar de las demandas económicas más estrechas de mejorar los salarios y las condiciones laborales – es significativo. Para dar una panorama de cómo se han visto estas acciones, queremos compartir algunas de las experiencias de amigxs y compañerxs quienes han participado en las huelgas en contra de Trump:
Maestro, Secundaria pública en Nueva York:
Nuestro sindicato decidió salir de las escuelas del Día de la mujer. El plan fue basado en lo que algunos de los miembros más reacios de nuestro sindicato dijeron que fuera cómodo. Ésto fue que saldríamos al fin del día, durante un seminario y que solamente cerraríamos la escuela para los últimos 45 minutos del día. Además, perdimos todo nuestro desarrollo profesional.
Nuestra profesión consiste principalmente en mujeres y hay cinco maestros varones en total en nuestra escuela entera. Entonces esa conexión es bastante evidente a la gente, pero no nos organizamos a base de ningunas demandas concretas, solamente un sentido general que los derechos de las mujeres están bajo ataque, que las mujeres están haciendo cosas poderosas cuando actúan juntas y que tenemos que mantenernos solidarias con nuestrxs alumnxs.
Diseñamos un plan de lección increíble para aquellos 45 minutos donde los cinco maestros varones más la administración guiarían a lxs alumnxs para pensar sobre lo que es la desigualdad de género y como es importante para nosotrxs a enseñar la responsabilidad de entregarse a la lucha y combatir a la injusticia. Llamamos a los hombres en nuestro lugar de trabajo a tomar el papel básicamente de educar a lxs alumnxs sobre la desigualdad de género. Entonces esas partes se sintieron bien, pero al fin del día los miembros más moderados de nuestro sindicato no participaron de ninguna manera. Ellxs simplemente no aparecieron.
Y luego para lxs maestrxs que se fueron marchamos en frente de la escuela por un rato y después tomamos el metro al centro para unirnos a la manifestación del Día de la mujer.
Pienso que hubo muy poca organización preliminar a ésto – muy poco realmente preguntando ¿cómo esto va a cambiar algo?, ¿quién sabe? ¿qué nivel de participación hubiésemos logrado? No se puede fabricar una huelga de la nada.
Yo creo que nuestro punto es de tomar acción colectivamente, lo más posible y que eso significa realmente organizar a la gente, realmente tener conversaciones organizativas con la gente sobre ¿por qué tomar esta acción? No solamente preguntándoles “¿qué estás dispuestx a hacer?,” sino enseñar a la gente que, concretamente, estamos tratando de lograr, y cómo estas acciones son parte de una estrategia para construir algo más grande y más potente, no solamente un ciclo de repetir lo mismo una y otra vez.
Asistente Medico, Centro de Salud Comunitario en Boston
Soy inmigrante de El Salvador y la mayoría de mis compañeras de trabajo son mujeres inmigrantes de varios países tales como Honduras, Haití, la República Dominicana, Puerto Rico, Filipinas, Marruecos y Nepal. Todas somos explotadas como trabajadoras y además como inmigrantes somos afectadas por los ataques de la administración de Donald Trump. Por eso decidí participar en la Asamblea del Pueblo, una nueva organización que se dedica a defender la comunidad inmigrante contra las deportaciones y el racismo cotidiano. Nos hemos reunido casi cada semana desde hace las elecciones del noviembre pasado. En febrero cuando miles de trabajadores hicieron una huelga para el “Día sin inmigrantes,” nosotrxs convocamos una manifestación y asamblea donde ofrecimos apoyo a lxs trabajadores que sufrieron represalias de sus patrones por haber participado en la huelga. Me he enfocado en invitar a mis compañeras de trabajo a unirse a las asambleas. Muchas me han preguntado “¿por qué organizarnos de esa manera?” y yo les digo que nosotras sabemos mejor que nadie, cuales son nuestros problemas y cuales son las soluciones verdaderas a nuestros problemas. Aparte del trabajo que estoy haciendo con la Asamblea del Pueblo, hacen unos meses me junté a lxs Trabajadores Industriales del Mundo (IWW por sus siglas en inglés), un sindicato combativo y democrático. Quiero que algún día estemos organizadas en nuestro lugar de trabajo, aunque yo sé que eso va a costar tiempo y esfuerzo. Tengo paciencia, pero este primero de mayo voy a estar en huelga.
Ayudante de Primera, Universidad de California, San Diego:
En el 20 de enero, 2017, lxs estudiantes y trabajadores en nuestro campus se negaron a trabajar en protesta de la inauguración de Donald Trump al puesto de la presidencia. La facultad, el personal, lxs ayudantes de primera y lxs estudiantes pasaron tres meses planeando la huelga. Las reuniones semanales se llevaron a cabo con más de 50 participantes, todxs lxs cuales se hicieron cargo roles activos y esenciales en los esfuerzos organizativos. Iniciamos la acción de la huelga por bloquear el estacionamiento de la facultad con nuestra línea de piquete, previniendo a lxs instructores socixs de llegar a nuestro lugar de trabajo y subsecuentemente prohibiendo el funcionamiento cotidiano de nuestra universidad. Luego nos reunimos para una manifestación al mediodía, donde más de 600 personas se unieron para los discursos, luego a estallar en una fiesta bailable espontánea en un aguacero.
Por medio de esta experiencia, fui capaz de forjar nuevas relaciones basadas en la solidaridad y los intereses compartidos como estudiantes y trabajadores. Por organizar la acción colectiva juntxs con mis colegas, mis amigxs, me sentí apoderadx a cambiar mi relación con mi lugar de trabajo, entonces desafiando a mis condiciones cotidianas de la opresión, mi explotación.
Mientras estas historias solamente nos dan un vistazo de la militancia obrera, la atmósfera actual señala a futuras oportunidades para expandir el terreno de la lucha. Necesitamos mover más allá del estado actual de las acciones relativamente pequeñas, dispersas y desconectadas, que en su mayoría se centran en lugares de trabajo en el sector público con bajo riesgo de represalias, hacia las huelgas coordinadas y movilizaciones en los lugares de trabajo, amplias y multisectoriales, que incluyen al sector privado, lxs trabajadores de bajos salarios y sin salarios.
Mientras hay límites verdaderos a las movilizaciones tales como del Primero de mayo, en el nivel del lugar de trabajo ofrecen oportunidades para continuar el trabajo que demuestran las historias citadas más arriba – el trabajo de formar relaciones con nuestrxs compañexs de trabajo, concientizar y crecer la militancia, y hacer las conexiones con otras luchas para reconstruir un movimiento laboral combativo. En otras palabras, menos importa la acción específica que la transformación política y la organización que crea o cultiva.
Pero la acción en el lugar de trabajo necesita un objetivo más allá del paso inmediato de concientizar y organizarse con nuestrxs compañerxs de trabajo. Se trata de ganancias a corto plazo que no responden por sí solas a la cuestión necesaria de cómo vamos a sobrevivir en un planeta que está siendo estrangulado por el capitalismo. Estamos tomando medidas en el primer día de mayo con el objetivo final del derrocamiento revolucionario del capitalismo y el Estado y el desmantelamiento de la supremacía blanca y la hetero-patriarquía. El Primero de mayo, como con todas nuestras acciones, deberíamos estar preguntándonos: ¿cómo nuestras acciones se conectan con nuestros objetivos finales? Para crear una nueva sociedad es necesario construir movimientos sociales revolucionarios con el poder de romper las cadenas del capital y la opresión social, así como la visión y la organización para construir un nuevo mundo desde abajo hacia arriba.
Para algunos trabajadores en los Estados Unidos, una herramienta prometedora para la construcción de ese movimiento es la de Trabajadores Industriales del Mundo (IWW). Dado el declive constante de la afiliación sindical a lo largo de los años, la mayoría de los lugares de trabajo y las industrias tienen poca o ninguna presencia sindical. O en el caso de los padres que permanecen en casa, los trabajadores del sexo y los encarcelados en el sistema penitenciario masivo, la mayoría de los sindicatos no reconocen a estos grupos como trabajadores. Frente a un movimiento sindical en declive y por el deseo de crear un polo revolucionario dentro del movimiento obrero más amplio, los trabajadores se han unido a la IWW en números cada vez mayores desde la crisis económica de 2008. Además de su modesto crecimiento, La actividad reciente entre los trabajadores de servicios, el trabajo en prisión y la organización antifascista apunta hacia el tipo de movimiento obrero que se necesita en este momento.
A pesar de la disminución del número, millones de trabajadores siguen siendo miembros de sindicatos existentes que no deben ser ignorados. Si bien no nos hacemos ilusiones sobre la transformación de los sindicatos principales en vehículos para la liberación, apoyamos los esfuerzos para desarrollar tendencias de base que sean independientes del liderazgo y comprometidas con la construcción de lucha dentro y fuera del lugar de trabajo. Independientemente del método u organización, nuestra tarea es construir un movimiento obrero combativo, controlado por los trabajadores y orientado a la lucha de clases.
Cuando hablamos con nuestros compañeros sobre el primer día de mayo, sobre las razones por las que miles de trabajadores saldrán a las calles, cuando afirmamos nuestro poder colectivo interrumpiendo la ganancia y la explotación, los individuos se transforman en una fuerza de lucha consciente — se ponen conscientes de su fuerza y su papel en la lucha por un mundo nuevo. Son estos pequeños actos los que profundizan las luchas y la conciencia de una clase obrera militante e independiente.